Con este sugerente mensaje de bienvenida, "En un mercado altamente competitivo (...) una campaña que desarrolle cuáles son los mejores mensajes a transmitir, a quiénes vamos a influir con ellos, en qué momento realizarlo y, sobre todo, la forma más creativa de hacerlo. Si quiere saber cómo conseguir el éxito..." la empresa parece desentenderse completamente del escándalo en el que se vio envuelta no hace tanto tiempo. Cara y cruz de una realidad, y las relaciones públicas, al servicio de muchos tipos de comunicación.
Así lo cuenta Alejando Pizarroso Quintero, en Aspectos de la propaganda de guerra en los conflictos armados más recientes. En octubre de 1990, una adolescente de 15 años testificó públicamente en el congreso de los EUA una de las mayores mentiras para dar luz verde a la intervención de las tropas armadas en Irak. Ante las cámaras, la joven afirmó, entre lágrimas, que cuando los iraquíes llegaron al hospital de Kuwait habían sacada a 312 niños prematuros de las incubadoras y los habías arrojado al suelo. La noticia dio la vuelta al mundo.
Cuando el periodista John Martin, de la cadena ABC entrevistó a médicos y enfermeras de ese hospital, nadie conocía a la joven Nayirah, que resultaba ser la hija del embajador del Kuwait en Washington, Saud Nasir Al Sabah. Su testimonio había sido preparado y ensayado por la firma internacional de relaciones públicas Hill & Knowlton.
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